¿Por qué peleamos?

No peleamos solamente por lo que sucede en el momento, peleamos por todo lo que tenemos guardado. No contestamos a un reclamo solamente por lo que nos dicen sino por lo que somos, por lo que hemos acumulado durante años, respondemos con nuestros prejuicios, traumas y experiencias.

Uno de los principales defectos que tengo es el mal genio. Me solían decir que había heredado el genio de mi madre y eso de alguna manera lo explicaba aunque no lo justificaba. Recientemente y luego de una racha de disgustos con gente que aprecio mucho y después de esas reflexiones críticas que se hacen a solas, entendí cosas que aunque obvias no eran claras para mí hasta ese momento.

Es errado pensar que la gente pelea por una situación en particular, especialmente con aquellos cercanos a nosotros; nuestras reacciones vienen de aquello que tenemos acumulado, de aquello que nunca cerramos correctamente y que se quedó latente en nuestra mente. A veces decidimos no decir lo que sentimos, bien sea por evitar un problema mayor o porque simplemente no le vemos sentido a hacerlo. Esto solamente pospone el problema, como nada ha sido resuelto nuestra mente se encargará de traerlo de vuelta.

Pero la situación es más complicada. Hoy en día las peleas se dan no solamente en persona o por teléfono; como disfrutamos de la tecnología, cada vez más el chat o el correo se vuelven herramientas para conversar, estos son medios valiosos cuando son las únicas alternativas pero son impersonales, inexpresivos, no incluyen un componente fundamental que es el lenguaje corporal. Hace unos días leía que 70% de lo que transmitimos en una comunicación no viene de las palabras, en cambio sale de nuestra postura, gestos, expresiones y miradas, por ende los medios electrónicos que no involucran imagen carecen de estos factores importantes, a pesar de usar expresiones o caritas en nuestras comunicaciones, no logramos transmitir lo que queremos. Cuántas veces han oído esta expresión:

-Ojalá pudieras verme a los ojos en estos momentos para que sepas lo que siento.

Conclusión: En el chat o el correo encuentro sólo frases, si quieren la película completa hay que mirarse a los ojos.

¿Quién gana en una pelea?

Nadie realmente sale ganando de una pelea por varias razones. Las peleas suelen sacar la peor parte de nosotros y terminamos diciendo cosas que hieren. Nadie está dispuesto a ceder, la mayoría del tiempo se vuelve una competencia donde lo primordial es ganar y no encontrar la solución. Es difícil lograr un acuerdo porque hay cosas tan elementales como el significado de las palabras en las que puede haber interpretaciones diferentes.

Para alguien la palabra discutir puede llegar a significar tener un altercado con alguien; para otra persona puede ser plantear un tema desde dos puntos de vista diferentes. El uso de la palabra discutir puede predisponer a una de las partes aún sin llevar el mensaje agresivo que interpreta la primera de ellas.

Es difícil llegar a un acuerdo porque como ya mencioné, las peleas involucran memorias y cada uno de nosotros recuerda el pasado a su manera. No es que uno o los dos mientan, es que su verdad es diferente. Incluso la interpretación del presente puede llegar a ser relativo; lo que es irrelevante para alguien, es trascendental para la otra persona.

Así las cosas, una pelea nunca tendrá un ganador absoluto, se puede ceder o llegar a acuerdos pero muy dentro quedarán esquirlas, rezagos, heridas que inevitablemente se abrirán con el tiempo. A una pelea se llega con agendas diferentes, con versiones disímiles, con prejuicios y experiencias pasadas que nos sesgan y con la decisión férrea de no ceder, ¿qué posible solución puede encontrarse?

¿Cuál es la solución entonces?

Desde mi punto de vista hay algunos elementos que pueden ayudarnos a sobrellevar mejor las diferencias, como siempre, no constituyen una camisa de fuerza, ni siquiera me funcionan todo el tiempo, sólo los pongo a su consideración.

Hablar y escuchar.

Prepararse para ponerse en los zapatos de la otra persona y para contar nuestra versión sin ofensas, sin juzgar, sin circunstancias, solo hechos. Escuchar atentamente.

Abandonar los detalles.

Una discusión bien planteada no podrá basarse en minúsculos detalles ya que tiende a perderse el foco, se hace larga y se extravían las conclusiones.

Ser claro y decir la verdad.

No asumir nada. Miles de problemas aparecen cuando se cree que la otra persona piensa de una u otra forma, hay que preguntar, verificar, entender claramente lo que el otro quiere decir hay que ser sincero, ocultar, exagerar o tergiversar son elementos que no te ayudarán a encontrar una solución.

Tener reglas.

Yo te escucho y tú me escuchas. Me dejas terminar mis argumentos y me prestas atención. No uses las frases que sabes que me molestan.

Estar dispuesto a disculparse.

El orgullo no cabe; Si bien debemos ser fieles a nuestros argumentos, también debemos ser abiertos a aceptar que podemos estar equivocados y aprender a decir lo siento.

Sé que van a pensar que estoy siendo utópico, que esto es ficción, que en papel todo aplica. Pero créanme que les hablo con toda la experiencia del mundo, soy un experto en tener peleas y no recuerdo haber sacado nada positivo de ellas. Bueno, lo más valioso que he aprendido es que no sirve de nada pelear, si es importante sentarse a discutir puntos de vista diferentes, es sano expresar nuestras inconformidades pero se debe poder hablar tranquila y abiertamente del tema con la otra persona.

Recuerden que cómo decía el poeta Ramón de Campoamor, ¨todo es según el color, del cristal con que se mira¨.

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¿Están de acuerdo?

¿Sugieren otra herramienta para una buena discusión?

¿Compartirían alguna experiencia personal?

Feliz semana y todo lo mejor,

Luis

Fotografías tomadas de:

  1. https://goo.gl/images/tOSHG1
  2. https://goo.gl/images/cegbzY

8 comentarios sobre “¿Por qué peleamos?

  1. No me gustan las discusiones o peleas, pero soy partidaria de que las cosas se deben de decir en el momento en que se sienten y como se están sintiendo, puede que hiera, que genere rabia, disgustos y demás cosas que llegamos a sentir en un momento como ese, pero estas siendo honesto contigo y con el otro, porque le estas mostrando en verdad como te sientes respecto a lo que te hizo disgustar.
    Es también claro que después de ese momento lleno de sentimientos y emociones, debes tener otro espacio donde con calma y cabeza fría puedas hablar con la otra persona y expresarle con detalle y a fondo el motivo de tu enojo. Comparto de que no podemos pegarnos de detalles básicos, pero OJO puede que para nosotros sean básicos pero para el otro NO, y es ahí donde entra ese proceso que dices tu, escuchar y además de eso entender a la otra persona, porque todos somos diferentes y para todos las mismas cosas no van a tener la misma importancia. Digo esto porque justamente por esos detalles básicos he tenido discusiones con personas, y de una cosa muy pequeña surge toda una guerra y la pregunta que me hago es si vale la pena?… y llego a la misma respuesta, la vale, porque tanto yo como la otra persona debemos respetar nuestros puntos de vista.
    Qué sería de este mundo, donde todas las personas pensáramos igual?.. aburrido, verdad?.. y debo decir y aun así no lo admitamos, que en muchas ocasiones esos disgustos o esas peleas hacen la relación mas fuerte (sea amor, familia o amistad).
    No se trata de vivir en una constante discusión y de estar mostrando si se tiene o no razón, pero si se trata de dejarle claro al otro que mi punto de vista tiene valor, que mis sentimientos cuentan y que aunque no comparta eso, debe respetarlo.
    Para terminar, de mis enojos que puedo compartir.. que todos me dicen que en mi cara se me nota TODO… y no se si hago bien pensando esto pero no lo quiero cambiar, sin embargo estoy segura que no voy a demostrar alegría, afecto o demás cuando no lo siento, no me puedo engañar de esa manera y menos engañar al otro. y aunque peleemos tanto él/ella y yo sabemos que fuimos HONESTOS!… y si algo debemos admitir es que muchas de nuestras discusiones ocurren por eso, por ser honestos y decir la verdad y que el otro no este preparado para eso…. porque aunque digamos que si, nunca estamos preparados para recibirla tal cual como es : CRUDA.

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  2. Hola Kro.
    Es definitivamente un tema interesante. Se vale hablar y expresar lo que se siente pero hay que tener cabeza fría cuándo se hace. Explotar solamente nos hace decir cosas que hieren, hablar con rabia nos ciega y nos vuelve irracionales. Puedo estar equivocado pero yo creo en los detalles a la hora de amar a alguien y no en los detalles a la hora de discutir. Quién empezó o qué dijiste exactamente son temas de forma, yo no creo que uno se enoje porque la pareja deje la pasta dental abierta, yo creo que uno se cansa y empieza a estallar por pequeñeces. De todas formas te sugiero que no cambies en cuanto a que eres transparente, es bueno saber en «dónde » estamos con la gente que tenemos cerca.
    Te envío un fuerte abrazo y gracias por estar pendiente

    Luis

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  3. Tema polémico e interesante. Estoy de acuerdo en que si algo desencadena en un pelea, ese no es el motivo de la misma, es el detonante, pues lo que subyace, es el cúmulo fe cosas no dichas, de palabras inacabadas, matizadas, o de silencios forzados, como una manera de evitar el conflicto. Por algo cuando se pelea, emerge la rabia, el dolor, la decepción entre otras emociones y sentimientos. No en vano somos históricos cuando peleamos y eso no es sólo característico del género femenino, sólo que tal vez lo hacemos más extensivo. La situación sólo es el detonante de algo no resuelto o no dicho en el momento. Por ello para mi discutir y pelear, son dos cosas diferentes, la primera me posibilita abiertamente, exponer mi punto de vista y escuchar el del otro, que aún siendo distinto al mio, es respetable, tal vez llegamos a algunos puntos en común, tal vez no, pero nos enriquece y nos permite poner en juego todas nuestras herramientas de argumentación, análisis, lógica, apertura de pensamiento etc. La segunda, generalmente desemboca en el instante, en un intercambio de reclamos, quejas, sinsabores y a veces hasta de cosas hirientes. Generalmente. Trato de ser una persona calmada, pero en ocasiones uso dos recursos que son muy bajos, cuando entro en una pelea de carácter verbal: La ironía y el sarcasmo, lo peor que un ser humano pueda emplear, se hiere al otro y lo haces tocar fibra, sin decir una sola grosería o sin tener que elevar el volumen de la voz. La otra persona queda llevada y yo peor luego. Por eso trato de no pelear, la rabia me consume y quedo sin energía. Así que me he propuesto poder decir lo que me molesta, me duele, sin hacer uso de esto. Algo que creo puede aportar en el abordaje y resolución de una situación o pelea, a parte de lo expuesto en el blog, es poder hacerse cargo de lo que uno siente o piensa. Es decir, plantear » yo me siento mal cuando.. Y no, tú me haces sentir mal cuando». Pues con la segunda expresión, le estamos dando el poder al otro de alterarnos, cuando reside o debería ser así, el que seamos nosotros, los que decidamos ponernos Nal, desbordarnos o regularnos. Creo que cuando asumimos lo que nos corresponde y no delegamos en el otro lo que nos compete, creo que disminuimos nuestras resistencias, prevenciones y prejuicios y le damos apertura al diálogo honesto y a la posibilidad de encontrar soluciones, llegar acuerdos, tomar decisiones y hacer cambios. Un abrazo. Feliz fin de semana.

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    1. Hola Mary
      Pensé que ya había respondido. Perdón por la demora. Efectivamente somos históricos porque no es nuestro presente el que responde sino toda nuestra historia, sacamos todo lo que no ha sido cerrado adecuadamente y personalmente creo que son pocas las cosas que cerramos en la vida. Tú qué crees?

      Ser sarcástico e irónico es muy complicado porque además de herir lo hacemos a propósito y casi que llamando al otro estúpido. Es una buena idea no hacerlo o al menos trabajar para minimizarlo.

      Gracias de nuevo por comentar y tus buenos deseos
      Todo lo mejor para ti también
      Luis

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  4. Te comparto algo de mi experiencia personal, yo era de las personas que explotaban de la rabia de una manera muy exagerada, me quedaba sin energía, agotada, hasta me escudaba en lo que la mayoría de las personas piensan, “ese malgenio es hereditario”, la irritación, el enojo y la rabia, la enfocaba en las otras personas. Ellas tenían la culpa, y ahora estoy convencida de que no debemos responsabilizar a otros de nuestra frustración, sí, tengo una tendencia a enojarme pues puedo empezar a buscar maneras, métodos y herramientas para controlarme y evitar discutir.
    Y eso precisamente fue lo que hice, con el trascurrir del tiempo fui dejando esa actitud de lado, reflexionando que de eso no quedaba nada bueno, lo que estaba era causándome daño a mi misma y empecé a buscar como convertir esa emoción en algo positivo. Leyendo libros, entrevistas, observando videos y hasta con meditación encontré respuestas, estoy entrenando la mente contra el mal genio, y lo primero que hice fue identificar las situaciones que me estaban generando esos sentimientos negativos.
    Y ahora lo que hago cuando algo me molesta es que ya no digo las cosas sin pensar, hiriendo a las personas durante la discusión, en cambio me quedo callada, me alejo, dejo pasar un tiempo y luego, después de pensar porque me enoje de esa manera, busco lo positivo que me trae esa situación. En vez de perder el tiempo en enojarme porque la otra persona no hiso o dijo lo que yo quería pues me pongo a hacer alguna actividad manual, ordenar algo, escuchar música, y hasta salir a hacer ejercicio y eso si que funciona de maravilla. Esto sirve mucho para calmarse y pensar en alguna forma de resolver el conflicto.
    Luego de liberar esa energía y liberarse de ese sentimiento y enojo que producen las discusiones, es momento de hablar, la comunicación es clave, a mi me mortifica mucho tener un problema con alguien importante en mi vida y no poder expresar lo que siento, sea bueno o malo, si no expreso no tengo libertad, siento como si tuviera una carga en hombros que no me deja descansar, tengo que buscar el medio o la forma de hacerle saber a esa persona lo que pienso y expresar mis sentimientos, esta carga emocional se libera de inmediato y hasta mejora mi actitud frente a ella.
    Por otro lado, cuando mencionas a la tecnología pienso que hemos pasado de hablar tomando un buen café, a dejarnos llevar por el impulso querer solucionarlo todo desde la distancia, mandando mensajitos, emoticones, mandando pantallazos, esto es un problema porque muchas veces lo que uno escribe, no coincide con lo que el otro interpreta que ha leído. En cambio si hablas por teléfono la otra persona sabe, según tu tono de voz qué quieres decir, si estás angustiado, contento o enojado. Estamos usando más la tecnología como método de comunicación con los demás, incluso para aquellas conversaciones que realmente son importantes.

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  5. Hola de nuevo!
    Creo que todos coincidimos en que una pelea nos frena, nos debilita, dejamos ir lo bueno y lo malo en el proceso. También coincidimos en que es mejor calmarse y hablar cuando tenemos cabeza fría, el resultado siempre será mejor.

    Perfecto que no te quedes con nada, una buena conversación libera y nos permite llegar eventualmente a acuerdos, callar no soluciona nada.

    Viva la tecnología cuándo es el último método disponible, nada superará el contacto real, totalmente de acuerdo contigo
    Gracias por tus comentarios
    Abrazo
    Luis

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  6. Las peleas …

    Definitivamente para mí tampoco traen nada positivo; y cómo serlo si antes, durante y después de pelear nos sentimos mal… Estoy de acuerdo con ser fiel a nuestras emociones; considero más que necesario, sano ser auténtico y hacer saber lo que nos molesta, pero lo que no se precisa es explotar para expresar lo que se piensa; siempre está la opción de confrontar adecuadamente.

    Pelear es algo que aprendemos a hacer desde muy pequeños; y lo hacemos por infinidad de motivos! concuerdo en que pasa más por situaciones que nunca han sanado; pero también lo hacemos por caprichosos, por suposiciones, por cansancio, por celos e incluso por estar en conflicto con nosotros mismos, peleamos con o sin la razón de nuestro lado, aveces solo por ganar, por imponernos, por no sentirnos en desventaja, y hasta por gusto…

    Pero en general se puede decir que peleamos porque tenemos esa inconveniente manía de querer controlarlo todo. Y esa inevitable tendencia a creer tener siempre la razón; de ahí que sea muy difícil ceder y mantener la calma cuando nos contradicen. Por lo general contamos con justificaciones «perfectas» para lo que hacemos o lo que no. Por eso en una disputa cada uno entra defendiendo «su verdad» y si a eso le adicionamos las emociones negativas con las que nos cargamos a la hora de enfrentarnos y el hecho de con facilidad sentirnos atacados, es cuestión de tiempo encontrar el caos.

    Lo más triste es que peleamos más con los que más amamos lo cual parece injusto, pero es muy lógico; nos importa realmente lo que suceda con ellos; y como tenemos las emociones expuestas ahí, tienen el poder de alterarnos; como nos conocen, esperamos mucho de ellos y les exigimos como a nadie; Pero esa cercanía tiene doble filo, porque así como damos todo por estas personas también sabemos como herirlas y lo usamos; existe una realidad lamentable pero irrefutable; aveces queremos mucho, pero eso no implica que en todo momento queramos bien! Lo cierto es que cometemos errores y lastimamos.

    Yo contrario a casi todos (según lo que he leído acá) parece que he empeorado 😳! Antes le huía a los enfrentamientos; era muy difícil encontrarme para pelear; ahora como que se me facilita más… Hay cosas con las que sinceramente no se como lidiar, no me considero de mal genio aunque ya no tengo la certeza. Lo cual es difícil de sobrellevar para mí, porque pienso que el mal genio es una debilidad y un arma que apuntamos hacia nosotros mismos por elección; a nadie más que a uno mismo le hace daño amargarse por cualquier cosa.

    Igual no estoy en la posición de poder dar consejos en este tema; cuando peleo soy otra persona, puedo sacar las peores armas y cometo todas las equivocaciones posibles; quizás lo único que podría decir es que:

    * Escojamos con inteligencia lo que dejamos que nos afecta y en qué medida, no todas las confrontaciones podemos lidiarlas igual y muchas ni siquiera valen la pena. Existen factores determinantes a considerar del oponente a la hora de enfrentarse; la edad, el nivel de educación, lo que ha vivido, por lo que está pasando la persona, la personalidad e incluso la crianza son algunos; y aunque ninguno de estos es justificable para aceptar una mala actitud; si es importante hacer diferencias.

    * Que intentemos validar lo que la otra persona piensa, y si la pelea ya pasó desprendámonos de orgullos, no dejemos de hablar con la gente por un disgusto; conozco personas que unidas por vínculos muy fuertes han dejado pasar años sin hablarse por no ser quien de su brazo a torcer, (eso nunca valdrá la pena).

    * Acerquémonos, pongamos por encima lo fundamental, cuando se empieza a actuar desde lo que se siente; pensando en lo que significa esa persona en la vida de uno y no en lo que hizo o dijo en determinado momento, muchas discusiones pierden el sentido. Y al contrario dan ganas de aprovechar el tiempo para estar bien. Una vez nos enfocamos y empezamos a cambiar todo se hace más simple porque siempre van a pesar más los sentimientos buenos.

    Bueno quizás si hay algo rescatable de pelear y serían las reconciliaciones! Ya que por el hecho de haber revelado durante la disputa lo peor de nosotros; por lo general acá nos esforzamos por lucir lo mejor y eso resulta en memorias dignas de guardar …

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    1. Bueno…
      Mejor resumido no puede haber estado. Dices cosas muy importantes que son clave para nuestra relación con los demás y sobre todo en la vida de pareja.
      No sé si has empeorado o no pero el hecho de que sepas en qué situación estás ya te da un gran avance así que yo no me castigaría tan duro.
      Sobre las reconciliaciones tengo mis dudas. Ninguna reconciliación vale el riesgo de perderlo todo en una pelea, aunque entiendo el punto de que la intensidad se multiplica cuando uno se reconcilia.
      Me gustaron mucho tus recomendaciones, es muy difícil hacerlo porque la ira e sun sentimiento muy fuerte pero definitivamente vale la pena intentarlo.
      Muchas gracias de nuevo por volver y por leerme
      Abrazo
      Luis

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