La época donde todo es posible, el mes de la magia, de las luces, de la familia, de la nostalgia y de estar cerca de los que amamos. ¡Es Navidad!
Para muchos la navidad se circunscribe al 24 de diciembre. Para otros como yo, la navidad es un estado que dura todo un mes. Son 31 días en los que se experimentan grandes emociones que a veces contrastan entre sí, pero que definitivamente son muy intensas.
En mi niñez la navidad empezaba el 7 de diciembre con las velitas. Era el día en el que se abría oficialmente la magia y la ilusión. La familia entera, los amigos, los primeros amores, todos reunidos encendiendo las luces de una nueva esperanza. Aún quedaban algunos días de clase pero ya se veían las vacaciones a la vuelta de la esquina; la casa de la abuela olía a desamargado* y buñuelos calientes todo el tiempo y todos parecían sonreír más. En mi Cali el efecto era aún más fuerte porque se empezaba a respirar el clima de feria. La música de fin de año inundaba las calles replicando ese ambiente ya tan familiar que se siente en la ciudad por esta época.
El 16 de diciembre empezaba la recta final con las novenas; noches de familia, de comida y de cantos, en las que los mayores trataban de mantener viva la tradición, que a su vez se alimentaba de la alegría y los sueños de los niños que hacían sus cartas repletas de pedidos al niño Dios. ¿Cómo olvidar la nostalgia de los villancicos o las noches llenas de luces y faroles?
Los que habían estado lejos empezaban a llegar. Con ellos llegaban las historias de mundos mágicos y totalmente diferentes, las costumbres, los relatos. Algunas veces llegaban miembros nuevos de la familia que todos abrazábamos como propios y, por supuesto, más regalos. Era el momento perfecto para encontrarse con aquellos que no habías visto en mucho tiempo; la alegría del reencuentro mezclada con la nostalgia de saber que partirían de nuevo. La noche del 24 era eterna. La espera por la cena y los regalos, las carreras por toda la casa llena de papeles, el ruido de la pólvora, los mayores reunidos en la sala y los niños entre juegos y risas corriendo por todas partes. El 24 era sin dudas el día de la ilusión.
Justamente una semana después, la familia se reunía de nuevo. Esta vez había fiesta. Todos los abrazos de la media noche estaban cargados de cierres y de promesas. Era la noche de los grandes pero no por eso dejaba de ser especial para los chicos. Navidad terminaba, aunque tuviéramos una ñapa el día de reyes, con las campanas de una canción triste. Definitivamente ese era el día de la nostalgia.
Para muchos la navidad es un día. Para algunos de nosotros la navidad es todo un mes y sobre todo es un estado en el que experimentamos todas las emociones en porciones recargadas. Claro que no todo es alegría. Porque extrañamos a los que no están y porque, al ser un mes de contrastes, vivimos de primera mano como algunos lo tienen todo y como otros no tienen nada. Justamente por eso es una gran época para compartir, para agradecer, para perdonar, para regalar amor.
Bienvenida la navidad con los kilos de más, los aguinaldos, los villancicos, la familia, las luces, pero sobre todo con la paz y el amor en nuestras familias y la gente que amamos. Salgamos a compartir, sonríamos más, discutamos menos y que los sueños se cumplan y los balances sean positivos.
Feliz diciembre, ¡feliz navidad!
*La palabra desamargado no existe en el diccionario real de la lengua española, pero sí en la memoria que trae los sabores de las cáscaras de cítricos calados o de otras frutas que a fuego lento se dejan reducir para ser servidas junto con las brevas, la natilla, los buñuelos, el arroz de leche y el manjar blanco o dulce de leche tradicional, formando un postre navideño infaltable en la tierra donde nací.
Hola hermanito, totalmente de acuerdo, yo vivo la navidad todo el mes, aunque lo que entraña, debería ser vivido todo el tiempo, pues es la época de los recuerdos, del dar, del recibir, del extrañar, del disfrutar en familia y con amigos, los más deliciosos manjares, al son de villancicos y canciones que nos devuelven a la infancia. Se comparten las más bellas tradiciones, de las bienvenidas y de los reencuentros, feliz diciembre, feliz navidad, que gocemos y celebremos en familia, el regalo de la vida y el amor. Un abrazo.
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Sí Mary, es un mes muy especial que contiene emociones muy profundas que deberíamos llevar siempre. Diciembre siempre será para mí ese mes de nostalgia, alegría, ilusión y sobre todo, familia.
Besos
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