¿Tenemos una ¨aplicación¨ para leer a las personas?

Algunos de nosotros creemos firmemente en que somos capaces de ¨leer¨ a las personas; pensamos que con sólo verlas tenemos una buena idea de cómo son, qué intenciones tienen y cómo acercarnos a ellas. Es algo natural, decimos que es algo que nace con nosotros y que no podemos terminar de explicar del todo pero que esta ahí.

Muchos de nosotros estamos acostumbrados a hacernos primeras impresiones y para muchos también, estas llegan a ser incluso tan importantes que definen negocios, sociedades y hasta relacones basadas en ellas. Esto no es del todo descabellado y tiene una razón de ser: el cerebro humano está diseñado para hacernos la vida más fácil a través de los patrones. Es por esto que se nos facilita reconocer caras en medio de la multitud, secuencias de números y hasta encontrar imágenes en objetos. Nuestro cerebro busca todo el tiempo patrones para simplificarnos la comprensión de lo que vemos.

Es muy común que extrapolemos esta función y con un poco de experiencia creamos identificar comportamientos en las personas que conocemos. No hablo necesariamente de aquellos con los que convivimos y que de alguna manera ya nos son familiares, sino de aquellos que conocemos por primera vez y que, basados en esa primera impresión, tendemos a clasificar, a estigmatizar. El ser humano es extremadamente complejo; yo tengo la teoría que incluso para nosotros mismos es muy difícil llegar a conocernos del todo; imagínense poder hacer una evaluación de los demás con sólo verlos por unos segundos.

En estos días en que la tecnología empieza a reemplazar el contacto físico y en que un chat hace las veces de conversación y con un correo creemos decir todo, se vuelve extremadamente importante ser claros. Algunos vamos un poco más allá de las primeras impresiones y creemos entender lo que nos escriben, lo interpretamos y sacamos nuestras conclusiones sin preguntar; se siente tan claro que estamos totalmente seguros que eso que interpretamos fue lo que quisieron decirnos. Asi trabaja nuestro cerebro y si tenemos algunos aciertos, este comportamiento se generaliza y lo usamos todo el tiempo. Con esto no solamente estamos en riesgo de juzgar equivocadamente ua situación sino que podemos cometer errores con la gente que nos rodea.

Todos los días son diferentes, sentimos, vivimos y expresamos nuestros sentimientos de maneras disímiles. A veces estamos alegres, otras no queremos absoltamente nada pero en realidad somos los mismos por dentro. Lo que la gente ve es una foto, una instántanea nuestra y es injusto que tomen una decisión o que se hagan una idea por ella de lo que relamente somos. Tenemos que tomarnos el tiempo mínimo de conocer las personas y darles la oportundad de que nos sorprendan. Nuestro cerebro si viene con una aplicación que nos permite identificar patrones, adicionalmente el tiempo junto al conocimiento nos hace expertos, pero la complejidad humana requiere que nos tomemos el tiempo de conocer a los demás antes de hacernos un juicio a priori.

Tenemos que escuchar, poner atención, preguntar, entender perfectamente antes de tomar una decisión sobre el comportamiento de una persona; no está mal creer que tenemos un ¨chip¨ que nos permite leer a los demás, pero no puede ser nuestra única fuente de información. Y si estamos teniendo una conversación con alguien a través de un chat, debemos ir más allá y preguntar el doble, ¡los emoticones no lo dicen todo!

Les dejo un fuerte abrazo y les deseo todo lo mejor este fin de semana.

Luis

2 comentarios sobre “¿Tenemos una ¨aplicación¨ para leer a las personas?

  1. No se si me equivoco, pero para mí lo que expones acá se trata mucho de ese «radar de sensaciones» que todos tenemos que se conoce como percepción.

    Y esto, efectivamente como casi todo lo que nos sucede, compromete al cerebro, empezando desde determinar si hay algún interés sobre alguien o algo y luego asimilando la información que recibimos y dándole un significado; pero es un proceso donde además de lo mental, intervienen muchos más aspectos como la intuición y especialmente nuestros sentidos, ya sea uno o varios; se cree desacertadamente que una primera impresión está determinada por lo que vemos, pero no se necesita específicamente «ver» para hacernos un concepto; e incluso para llegar a sentir afinidad o rechazo. Podemos solo escuchar oler o sentir algo con lo que nos sentimos a gusto o todo lo contrario.

    El problema está en que lo que interpretamos sin duda alguna está influenciado o más bien depende concretamente de lo que somos y cómo somos, de lo que sentimos, de las experiencias que hemos vivido (buenas y malas ), de nuestros valores y principios y hasta de nuestra situación del momento; en si refleja nuestra esencia. En resumen percibimos de acuerdo a nuestra historia personal, por lo que nunca va a ser una opinión objetiva y por eso no podemos confiar ciegamente en esta.

    Pero así como aveces nos equivocamos juzgando mal y sin ningún motivo diferente a lo aparente, también aveces acertamos; y nos damos la oportunidad de acercarnos a aquellas personas que desde el primer contacto te regalan algo indescifrable pero que me atrevería a describir como esa maravillosa sensación de «conectar » con alguien. Y no hablo sólo de atracción hacia el sexo opuesto; aunque también pasa (obvio) y también es muy placentero, pero hablo de ese click que se da con ciertas personas, esa afinidad que se manifiesta sin tener que conocerse independientemente del tipo de relación que llegue a concretarse.

    Es muy satisfactorio experimentar ese «feeling positivo» donde crees saber que esa persona que acabas de ver, tiene mucho que ver contigo y pensar que se atravesó en tu camino para quedarse en tu vida y traerte buenas cosas y sorprenderte gratamente con que si es así.

    Igual sé que lo que trataste de resaltar acá es que aveces nos dejamos llevar por cosas carentes de sentido; y es verdad !
    Es incuestionable lo que dices en cuanto a que en esta era tecnológica hemos venido cambiando nuestra forma de comunicarnos y aunque esto nos ha traído muchísimas herramientas útiles, también tiene sus consecuencias negativas y una de las principales es que nos hemos venido acostumbrando a reemplazar el contacto directo (incluso al estar cerca); lo que nos ha hecho creer erróneamente que dominamos a la perfección el lenguaje digital y eso es imposible, queramos o no terminamos deduciendo a nuestro antojo y asumiendo cosas sin ninguna confirmación real, hacemos valoraciones de nuestra interacción con los demás y lo peor es que terminamos adoptando una conducta en respuesta a esto, que lógicamente no siempre es la más adecuada. Desafortunadamente esto nos sucede más con las personas cercanas porque creemos saber mucho de ellas; lo que resulta no siempre siendo correcto. Concuerdo totalmente contigo en que nunca llegamos a conocernos completamente ni siquiera a nosotros mismos, y que por lo tanto es descabellado creer saber todo de alguien más.

    Sobre esto por mi parte acepto que aveces me pasa ! Y por supuesto que quisiera mejorarlo, me parece muy apropiado tu consejo de preguntar hasta asegurarme! Y aunque no me parece tan simple, voy a tratar de seguirlo.

    Pero para concluir tengo que decir que si creo en esas sensaciones que «te dicen» cosas, para mí también tiene mucho que ver con sensibilidad y con el manejo de cierta energía que compartes con alguna gente y eso es algo de lo que no quisiera privarme jamás porque es muy agradable de experimentar. Gracias al hecho de haber confiado en eso; hoy cuento con personas muy valiosas, (aunque con la mayoría he necesitado más tiempo), en general me siento tranquila con mi forma de «escanear» a la gente, no quiere decir que sea siempre acertada, y que no me vaya a sentir mal cuando no lo sea; y tampoco es que me deje llevar solo por eso; pero considero que esta bien darle CIERTA credibilidad a lo que sentimos y percibimos.

    Gracias Luis !
    Me gustan tus temas…

    Mia

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    1. Hola Mía.

      Gracias de nuevo por tu comentario. Quizás el punto más importante sobre el que quiero reflexionar, es que los seres humanos somos complejos, por lo tanto las primeras impresiones suelen ser injustas. Confiar solamente en esas sensaciones iniciales o dejarnos llevar sólo por los sentidos, me parece desacertado porque podemos estar dejando pasar gente buena. Pero entiendo que son elementos muy arraigados en nosotros sobre los que confiamos plenamente y que nos resultan fundamentales a la hora de interactuar con los demás. Un poco de razón unido al instinto y todo deberá salir bien.

      Muchas gracias de nuevo y fuerte abrazo,

      Luis

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