La Noche (Parte II)

Sí. Bastó una mirada para que la encantara, la confundiera, le hiciera preguntarse mil cosas.

Intentó zafarse de los ojos de él, pero algo en ella la detenía en ese momento y en ese trance.

Su cuerpo empezó a experimentar sensaciones en todas partes y supo que ya no era dueña de sí, que le pertenecía a aquel que con solo mirarla había derribado todas sus barreras. Se aferró a la mano con la que venía, pero era tarde. Ya volaba lejos de esa habitación y nada volvería a ser lo mismo. Tenía esa mezcla de emociones, miedo, ganas infinitas, droga en el cuerpo, huracanes en su estómago y lluvias intensas en donde no debería caer una gota; no sin el permiso de su mente.

Pero de qué hablaba. Él no necesitaba permisos, ya estaba dentro de ella.

Deja un comentario