Valor!

¨Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad la que nos atemoriza.¨

Tomado de un poema de Marianne Williamson.

El sábado pasado tuve la oportunidad de asistir a un espectáculo de comedia de un reconocido humorista vallecaucano, Carlos ¨El Mono¨ Sánchez. Lo había visto una vez en mi vida hace ya más de diez años y no pude coincidir de nuevo con una de sus presentaciones hasta el fin de semana pasado. Poco sabía del Mono además de que me divertía mucho verlo en televisión y que aún recuerdo los chistes que contó ese día.

La noche de este sábado fue emotiva de principio a fin; empezó con un una salida tímida de reconocimiento tras el telón mientras se entonaba el himno de Cali, pude ver al mono respirando hondo y pude desearle suerte, gesto que correspondió con un saludo. La noche continuó con un reconocimiento sorpresa por las 400 funciones de ¨Somos Colombianos y qué!¨ en el que casi al borde de lágrimas Carlos me recordó que, aunque tengamos cara de ponqué, a veces la procesión va por dentro. Para hacerlo corto, hasta matrimonio le pidió Julián a Luz  Mary cerrando el show delante de mil y tantas personas.

¿Pero qué tiene que ver todo esto con el valor? Esa noche supe de una anécdota de hace mucho tiempo. Carlos trabajaba de saco y corbata en la semana y sábados y domingos  hacía reír a la gente. Una noche cuando estaba en medio de una cena de trabajo, un grupo de personas lo reconoció y le pidió contar algunos chistes a lo que él accedió. El día siguiente su jefe le llamó la atención pues, según él,  un ejecutivo no podía pararse en un escenario a contar chistes. Ese día Carlos entendió que quería ganarse la vida haciendo reír y no detrás de un escritorio. Hay que tener valor para tomar esa decisión.

Hay muchas definiciones para esa palabra pero la que me interesa resaltar aquí es aquella que habla de la firmeza, el coraje y la valentía en las acciones. Dice un dicho popular que todos somos valientes hasta que la cucaracha vuela, por eso en los momentos decisivos, en las circunstancias más difíciles, es que se conoce a los valientes. Decidirse a arriesgar lo seguro por la aventura de hacer lo que a uno le apasiona, requiere de mucho valor! Yo sé un poquito de eso. Esa misma noche, Rubén o ¨Mari Consuelo¨ cómo lo conoce la mayoría de la gente en Cali, también nos contó que está a punto de celebrar 20 años de vida sobrio y limpio después de haber sido drogadicto. Ah! Eso sí que requiere valor.

img_20170128_223254

Y me decidí a escoger esta entrada porque a lo largo de mi vida he visto gente que ha tomado decisiones importantes o ha pasado por condiciones adversas sin dejarse doblegar y ese show cargado de emotividad me lo recordó. Conozco personas que han pasado por pérdidas dolorosas y han salido adelante, otras muy cercanas que jamás volvieron a tomarse un trago después de ser alcohólicos, otros que dejaron su trabajo por dedicarse a su negocio y aun aguantando, se aferran a su plan de vida. Los seres humanos se prueban en la adversidad y es importante entender que cada uno de nosotros tiene dentro de si lo que necesita para conseguir lo que quiere. Somos tan fuertes, tan hábiles, tan listos, tan capaces como queramos ser y aunque dudo mucho que yo pueda ganarle un solo punto de tenis a Roger Federer, sí tengo todo lo que necesito para aprender a jugar. Siempre podemos aprender y siempre podemos mejorar, aquel que no lo haga ya empezó a morir.

Admiro a todos aquellos que no se traicionan a sí mismos, que decidieron seguir lo que les apasiona, a aquellos que se cayeron y a pesar del golpe se pararon y siguieron adelante, admiro a aquellos que luchan con poco, admiro a aquellos que no solo sueñan sino que se atreven a vivir sus sueños. Porque el valor es escaso y creo que el mundo es de los que se arriesgan, porque no hay nada más gratificante que subir la cuesta y contemplar la vista, lo demás es de bajada.

El 20 de Febrero el Mono viaja a Chile como uno de los invitados especiales del festival de Viña del Mar. Ya una vez había dicho que no, pero esta vez va representando a todo un país. Deben estarle temblando las piernas, pero va, porque como dijo Nelson Mandela, ¨no es valiente el que no tiene miedo sino el que sabe conquistarlo¨.

A todos aquellos que tengan un proyecto, que quieran escribir, cantar, actuar, buscar nuevos horizontes, conocer, darse una oportunidad, a todos ellos, ¡ánimo! Una recompensa maravillosa puede estar esperándolos a la vuelta de la esquina, en la cima de su montaña.

Todo lo mejor

Luis

Bibliografía

  1. https://www.significados.com/valor/

¿Por qué peleamos?

No peleamos solamente por lo que sucede en el momento, peleamos por todo lo que tenemos guardado. No contestamos a un reclamo solamente por lo que nos dicen sino por lo que somos, por lo que hemos acumulado durante años, respondemos con nuestros prejuicios, traumas y experiencias.

Uno de los principales defectos que tengo es el mal genio. Me solían decir que había heredado el genio de mi madre y eso de alguna manera lo explicaba aunque no lo justificaba. Recientemente y luego de una racha de disgustos con gente que aprecio mucho y después de esas reflexiones críticas que se hacen a solas, entendí cosas que aunque obvias no eran claras para mí hasta ese momento.

Es errado pensar que la gente pelea por una situación en particular, especialmente con aquellos cercanos a nosotros; nuestras reacciones vienen de aquello que tenemos acumulado, de aquello que nunca cerramos correctamente y que se quedó latente en nuestra mente. A veces decidimos no decir lo que sentimos, bien sea por evitar un problema mayor o porque simplemente no le vemos sentido a hacerlo. Esto solamente pospone el problema, como nada ha sido resuelto nuestra mente se encargará de traerlo de vuelta.

Pero la situación es más complicada. Hoy en día las peleas se dan no solamente en persona o por teléfono; como disfrutamos de la tecnología, cada vez más el chat o el correo se vuelven herramientas para conversar, estos son medios valiosos cuando son las únicas alternativas pero son impersonales, inexpresivos, no incluyen un componente fundamental que es el lenguaje corporal. Hace unos días leía que 70% de lo que transmitimos en una comunicación no viene de las palabras, en cambio sale de nuestra postura, gestos, expresiones y miradas, por ende los medios electrónicos que no involucran imagen carecen de estos factores importantes, a pesar de usar expresiones o caritas en nuestras comunicaciones, no logramos transmitir lo que queremos. Cuántas veces han oído esta expresión:

-Ojalá pudieras verme a los ojos en estos momentos para que sepas lo que siento.

Conclusión: En el chat o el correo encuentro sólo frases, si quieren la película completa hay que mirarse a los ojos.

¿Quién gana en una pelea?

Nadie realmente sale ganando de una pelea por varias razones. Las peleas suelen sacar la peor parte de nosotros y terminamos diciendo cosas que hieren. Nadie está dispuesto a ceder, la mayoría del tiempo se vuelve una competencia donde lo primordial es ganar y no encontrar la solución. Es difícil lograr un acuerdo porque hay cosas tan elementales como el significado de las palabras en las que puede haber interpretaciones diferentes.

Para alguien la palabra discutir puede llegar a significar tener un altercado con alguien; para otra persona puede ser plantear un tema desde dos puntos de vista diferentes. El uso de la palabra discutir puede predisponer a una de las partes aún sin llevar el mensaje agresivo que interpreta la primera de ellas.

Es difícil llegar a un acuerdo porque como ya mencioné, las peleas involucran memorias y cada uno de nosotros recuerda el pasado a su manera. No es que uno o los dos mientan, es que su verdad es diferente. Incluso la interpretación del presente puede llegar a ser relativo; lo que es irrelevante para alguien, es trascendental para la otra persona.

Así las cosas, una pelea nunca tendrá un ganador absoluto, se puede ceder o llegar a acuerdos pero muy dentro quedarán esquirlas, rezagos, heridas que inevitablemente se abrirán con el tiempo. A una pelea se llega con agendas diferentes, con versiones disímiles, con prejuicios y experiencias pasadas que nos sesgan y con la decisión férrea de no ceder, ¿qué posible solución puede encontrarse?

¿Cuál es la solución entonces?

Desde mi punto de vista hay algunos elementos que pueden ayudarnos a sobrellevar mejor las diferencias, como siempre, no constituyen una camisa de fuerza, ni siquiera me funcionan todo el tiempo, sólo los pongo a su consideración.

Hablar y escuchar.

Prepararse para ponerse en los zapatos de la otra persona y para contar nuestra versión sin ofensas, sin juzgar, sin circunstancias, solo hechos. Escuchar atentamente.

Abandonar los detalles.

Una discusión bien planteada no podrá basarse en minúsculos detalles ya que tiende a perderse el foco, se hace larga y se extravían las conclusiones.

Ser claro y decir la verdad.

No asumir nada. Miles de problemas aparecen cuando se cree que la otra persona piensa de una u otra forma, hay que preguntar, verificar, entender claramente lo que el otro quiere decir hay que ser sincero, ocultar, exagerar o tergiversar son elementos que no te ayudarán a encontrar una solución.

Tener reglas.

Yo te escucho y tú me escuchas. Me dejas terminar mis argumentos y me prestas atención. No uses las frases que sabes que me molestan.

Estar dispuesto a disculparse.

El orgullo no cabe; Si bien debemos ser fieles a nuestros argumentos, también debemos ser abiertos a aceptar que podemos estar equivocados y aprender a decir lo siento.

Sé que van a pensar que estoy siendo utópico, que esto es ficción, que en papel todo aplica. Pero créanme que les hablo con toda la experiencia del mundo, soy un experto en tener peleas y no recuerdo haber sacado nada positivo de ellas. Bueno, lo más valioso que he aprendido es que no sirve de nada pelear, si es importante sentarse a discutir puntos de vista diferentes, es sano expresar nuestras inconformidades pero se debe poder hablar tranquila y abiertamente del tema con la otra persona.

Recuerden que cómo decía el poeta Ramón de Campoamor, ¨todo es según el color, del cristal con que se mira¨.

cr_911598_diferentes_puntos_de_vista_thumb_fb

¿Están de acuerdo?

¿Sugieren otra herramienta para una buena discusión?

¿Compartirían alguna experiencia personal?

Feliz semana y todo lo mejor,

Luis

Fotografías tomadas de:

  1. https://goo.gl/images/tOSHG1
  2. https://goo.gl/images/cegbzY

Decisiones…

Me acerco a un restaurante de comida rápida y después de algunos minutos debatiendo entre las opciones me decido por una hamburguesa que luce suculenta en la foto.

-Una hamburguesa media libra. Le digo con confianza absoluta a la persona que me atiende del otro lado de la caja registradora.

-¿La desea en combo o individual?

-En combo, por favor.

-¿Desea agrandar sus papas y refrescos por tan sólo cinco mil pesos?

-Eh, ¿en qué tamaño viene el refresco?

-Pequeño, mediano, grande, extra y familiar

-Pequeño está bien, ¿puedo cambiar por agua?

Pausa mientras se acerca el supervisor.

-Claro que sí, ¿grande o chica? Me pregunta después de verificar brevemente con el supervisor de turno.

-¿Mediana tiene?

-Claro, ¿con gas o sin gas?

-Sin gas, y pienso que ya estuvo bien de preguntas para una orden de comida rápida.

-¿Desea adición de queso o tocineta para su orden?

-No, así está bien gracias, y me digo a mí mismo que no quiero demorar mucho la fila que se hace más larga con cada pregunta.

-¿Para llevar o comer aquí?

-Para llevar por favor, realmente quiero salir del sitio.

-¿Efectivo o tarjeta?

-Tarjeta

-¿Ahorros o crédito?

-Mejor efectivo

-¿Desea donar para el instituto mental nacional?

-Porque no, le digo, y pienso que quizás después de comerme la hamburguesa salga directamente para allá.

-Mil, dos mil o cinco mil?

-Mil está bien

-Le incluyo el servicio?

-Guarde el cambio por favor, le digo ya desesperado

-En 25 minutos o menos estará listo su pedido

-Gracias le digo y respiro aliviado mientras me doy la vuelta y camino resignadamente hacia un lado del mostrador pensando que ya todo está listo.

-Tiene tarjeta de estacionamiento?

Y hago como que no es conmigo la pregunta y me ubico en la fila para esperar mi pedido.

Esta, aunque algo exagerada, es una anécdota real. El diagrama de flujo para pedir una hamburguesa en este caso no tendría nada que envidiarle a la decisión si lanzar o no un transbordador en misión a la estación espacial.

Bromas aparte, la toma de decisiones es uno de los procesos más difíciles para el ser humano; hay diferentes teorías sobre el porqué de esto, yo tengo las mías.

  1. Nos da miedo fracasar.
  2. Nos da miedo perder lo que tenemos.
  3. Nos da miedo herir a alguien más con nuestras decisiones.
  4. Queremos tener toda la información disponible para tomar una decisión acertada.

El miedo al fracaso.

No queremos correr riesgos, preferimos el ¨status quo¨, el confort que nos da la ausencia de cambio. ¨Lo que está bien no se toca¨ nos dicen constantemente. ¿Para qué arriesgar? ¿Para qué apostar y exponernos a que los demás nos juzguen? Todos estos pensamientos atraviesan nuestra mente, todos son enemigos de tomar una decisión. Fracasar no debe atemorizarnos, quedarnos inmóviles en cambio sí. Es obvio que las experiencias enriquecen y según algunas de las personalidades más notables de la historia como Edison, Ford, Michael Jordan, Coelho, Churchill, Dickens, Woody Allen, Mandela y hasta Mafalda, aquellas experiencias en las que fracasamos, nos dejan mucho más aprendizaje que aquellas en las que salimos victoriosos sin demasiada lucha.

Nos da miedo perder lo que tenemos.

En línea con el punto anterior, si arriesgarnos al fracaso nos aterra, exponernos a perder lo que tenemos nos resulta demasiado difícil sino imposible. Nos sucede en todos los aspectos de la vida, nos aferramos a lo que tenemos y nos negamos al cambio.

Nos da miedo herir a los demás.

Este es un tema delicado. Podemos poner a los demás por encima de nosotros para no herirlos, sentimos una obligación con ellos, preferimos asumir el dolor antes que causarlo. Es egoísmo puro con nosotros mismos, pero al menos el daño ¨se queda en casa¨, convivimos con él  y lo digerimos con un poco de filosofía.

Tener toda la información disponible.

Parálisis por análisis le decimos. En la búsqueda de tomar la mejor decisión nos preocupamos por tener todos los detalles. Es un proceso que deja de ser práctico y se vuelve una excusa para no decidir. Una de las maneras favoritas del ser humano para evitar tomar decisiones es procrastinar. Esta es la capacidad de aplazar nuestras tareas para hacer otras normalmente menos importantes. Pedimos todos los detalles, buscamos todas las variables y nunca estamos conformes con la información. Es temor a fallar y a perder lo que tenemos en su máxima expresión.

¿Por qué es importante tomar decisiones?

No es fácil pero es necesario. Desde las cosas más triviales hasta las más complejas requieren de nuestra acción. Ya habíamos hablado que los seres humanos están diseñados para cambiar, para ser dinámicos; permanecer en una línea invariable sólo nos trae monotonía y nos priva de aprender. En cada decisión que tomamos hay un riesgo y por consiguiente un premio. Es cómo ese sobre sellado que le ofrecen al concursante al final del programa con la opción de doblar su botín o perderlo todo. El que no se arriesga jamás va a tener todo lo que quiere.

Hace unos días hablaba de este tema con alguien y no lográbamos ponernos de acuerdo en un punto importante: Saber que quiero no es lo mismo que decidir lo que quiero hacer.

Para poder tomar una decisión hay que saber lo que se quiere, de acuerdo, ese es el primer paso. Pero una vez decidido este punto, tomar la decisión depende de factores adicionales; para que se dé un proceso de toma de decisión debe existir un reto, una confrontación, un análisis, de lo contrario es piloto automático. Entonces, son dos estados diferentes: Definir qué quiero hacer y decidirme a hacerlo. El primero implica un proceso interno, el segundo está afectado por factores externos.

Por ejemplo: ir al baño es piloto automático. Ir al baño en medio de un concierto de cien mil personas es otra cosa. !Definitivamente quiero ir, pero lo pienso!

Finalmente…

Podemos dejar que la vida decida por nosotros o que los demás lo hagan; podemos dejar que el tiempo pase y las cosas sigan su curso, podemos permanecer inmutables, podemos hacer todo esto porque el responsable será el destino, alguien más, el tiempo, cualquiera menos nosotros. Claro que es difícil, en cada decisión afectamos nuestra vida y la de los demás y algunas de ellas no tienen vuelta atrás, algunas son tan complejas y otras ni siquiera dependen totalmente de nosotros.

No tengo una receta y ni siquiera tengo un buen consejo; yo mismo me debato diariamente en el proceso de decidir y es porque la vida nos plantea de manera específica retos que sólo nosotros podemos afrontar, hay acertijos sin solución y decisiones que jamás se toman y es parte de aprender, de vivir. Lo que es cierto es que las decisiones que no tomamos hoy se presentan de nuevo más adelante para confrontarnos.

Quizás lo único que puedo decir es que respetemos nuestros sentimientos, que no nos traicionemos, la vida es corta y aunque la espera sea relativa, lo mejor siempre será actuar.

Volviendo a los restaurantes, una vez encontremos lo que nos gusta tengamos lista la orden:

¡Alto late, 120, leche entera, sin azúcar, con un poco de canela por favor!

Todo lo mejor

Luis

Bibliografía y lectura recomendada:

https://psicologiaymente.net/psicologia/por-que-cuesta-tanto-tomar-decisiones#!

?Qué nos mueve en la vida?

La primera respuesta que Google arroja es que es un sentimiento vehemente capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón; Wikipedia hace referencia al latín Patior (debe ser Passio) que significa sufrir o sentir; Katherine Giraldo la define de manera muy especial como un valor personal y a su vez con querer repetir algo siempre, sintiendo un grado indescriptible de felicidad y placer al hacerlo.

Yo la defino como el combustible último de la motivación y por ende de nuestra capacidad para expresarnos como seres humanos de manera plena: ¡Esa es la pasión para mí!

La pasión está en todos y en todo, está en mi amiga chef que igual hace un Pabellón para sus hijos (su otra pasión) o un pavo al guajillo, en aquella que adora su rutina diaria de ejercicio y que empieza a escribir, en la que soporta todo muy lejos de aquí para conseguir su objetivo de aprender y en los que hacen de su profesión un servicio a los demás. La pasión es vida, es la manera de expresarle al universo que somos diferentes, que somos excelsos en lo que hacemos. La pasión define al amor, intensifica el deseo y lo hace humano, controla y explota cada sentimiento y cada pensamiento, es la montaña rusa en oposición al carrusel en la feria  y hace de nuestra vida un cúmulo de experiencias memorables.

Los mejores resultados en todo lo que nos proponemos se logran con el ingrediente de la pasión. Son pocos los afortunados que se levantan todos los días y salen a hacer lo que les apasiona pero para ellos el trabajo es un placer, es el origen de todas las satisfacciones y una gratificación constante.

¿Qué sucede para los que no?

No siempre en nuestra vida hacemos lo que amamos, hay caminos que escogemos para llegar a ese estado y no hay nada malo con eso, en tanto que tengamos un plan y que nunca dejemos de buscar y de luchar por lo que queremos, estamos bien encaminados. Por cada día en el que haya algo que no nos apasione, debe haber al menos otra cosa que nos llene. Si el trabajo extenuante de la oficina parece agotarnos, el lápiz, el pincel, la música, salir y disfrutar de la naturaleza o la colección de fotos deben ser nuestra conexión a aquello que nos apasiona.

¿Qué tan importante es la pasión en nuestras vidas?

Para mí la pasión es fundamental para nuestras vidas. Podemos vivir una vida plana y sosegada o arriesgarnos a vivir con pasión; yo escojo la segunda. Lo hago porque con pasión se intensifican nuestras emociones y el sentido que le encontramos a todo, las experiencias se vuelven inolvidables, las metas se hacen alcanzables y nada parece tan difícil o por lo menos tan monótono.

¿La pasión nace o se hace?

Para mí la pasión nace con nosotros, está dentro de nosotros pero no siempre es visible. Hace falta buscar, cultivar e incitar a la mente para que encuentre su tonalidad perfecta, su frecuencia de resonancia con lo que amamos, su máxima expresión. Y en ese camino encontramos desazones y aprendemos, pero es claro dentro de nosotros cuando encontramos lo que buscamos, porque todas las alarmas se prenden en nuestro interior gritándonos que allí es a dónde pertenecemos.

¿Tenemos una sola pasión en la vida?

Para mí la pasión es una pero se aplica a todo, por consiguiente podemos tener múltiples pasiones o podemos apasionarnos por muchas cosas. Sin embargo el origen de nuestra pasión es uno sólo y está dentro de nosotros, sólo nosotros conocemos el camino para la liberarla y poseemos la llave para dejarla salir. Dicen por ejemplo, que los latinos somos apasionados por definición y buenos amantes. Yo estoy convencido que una cosa va estrechamente ligada a la otra; aquel que escucha, que aprende, que se entrega, que explora, que deja los miedos afuera de la habitación, que se expresa y que pone al otro por encima de todo, tiene pasión en su vida y esto lo hace mejor. ¨Si logramos identificar nuestra pasión en la vida viviremos haciendo lo que nos llena de gozo la vida entera¨

***

Hay muchas cosas que me gustan en la vida y otras tantas que me apasionan. Los caballos y la incondicional relación que desarrollan con los seres humanos una vez establecen confianza; la música y su magia que nos transporta donde queramos en el tiempo y la distancia, viajar y descubrir lugares maravillosos o cuando me siento frente a una hoja en blanco y las palabras se apiñan queriendo salir al mismo tiempo y compitiendo contra mi capacidad física de plasmarlas, en esos momentos siento que no necesito hacer ningún esfuerzo, que todo fluye, que mi mente está en armonía con lo que disfruto y que soy feliz.

¿Qué les apasiona en la vida?

Todo lo mejor y mucha pasión en lo que hagan.

Luis

Bibliografía:

  1. http://40ymas.com/2010/10/pasion-se-nace-o-se-hace/
  2. http://www.kathegiraldo.com/pasion/
  3. https://es.wikipedia.org/wiki/Pasi%C3%B3n_(emoci%C3%B3n)
  4. Google

Comienzo.

blog-2Veinte años pueden ser toda una vida o pueden ser nada. Esta fecha es muy especial porque hace exactamente veinte años, en Caracas, yo firmaba mi primer contrato formal de trabajo; estaba lleno de expectativas y de algunas dudas pero principalmente estaba repleto de determinación. La historia comenzaría casi un año atrás en los pasillos de mi universidad con el revuelo generado por el anuncio de trabajo de una multinacional, un anuncio que no hablaba de sueldo pero si de un increíble viaje lleno de retos, nuevas culturas y con la promesa de que quien calificara, iba a enfrentar una carga de trabajo monumental. Si! El anuncio no escondía nada, aquel que decidiera tomar la oportunidad debería estar dispuesto a dejar atrás todo y embarcarse en una aventura repleta de mucho trabajo. Yo lo hice y a punta de esa determinación pasé casi dos décadas inmerso en un mundo del que no conocía nada hasta ese momento, dejé al lado algunas de las cosas que eran parte de mi, pero logré cada objetivo que me propuse y finalmente decidí avocarme al más complejo de todos pero que definitivamente es el que más me seduce: escribir.

Yo estoy convencido de que todas las cosas en la vida siguen un orden y tienen una estructura, no suceden porque si! Me atrevería a decir que nada es aleatorio. El Dr. Michio Kaku diría que este comentario es relativo, que la misma imagen mía frente al espejo no es absoluta sino que responde a la posición aleatoria de las partículas que me conforman y que estadísticamente forman mi yo frente al espejo, sin embargo algunas de estas  partículas podrían estar en otro lugar totalmente diferente, incluso en Marte. Sería matemáticamente posible demostrar esta aseveración pero podría llevarnos toda la vida probarlo y no es, obviamente, el objetivo de este espacio. El punto es que cada acción que tomamos tiene consecuencias y genera caminos diferentes, cada decisión es parte de una estructura compleja gobernada por un único regidor: la mente.

Nuestra mente es muy poderosa y contiene todos los elementos necesarios para conseguir todo lo que nos proponemos. En el universo que conocemos, las leyes de la física regulan sin demasiada oposición nuestros movimientos y el tiempo determina el camino a seguir, pero es la mente la que conduce, la que gobierna, la que permite hacer realidad los sueños y materializar los pensamientos. No, no es metafísica, no es religión, no es fe, es simplemente la lógica que dicta que el cerebro humano es la más poderosa puerta de comunicación con el universo infinito que nos alberga.

Este es un viaje nuevo, con historias y ejemplos, con muchos relatos de gente maravillosa que he conocido a lo largo de mi vida y con algunas de mis propias versiones de cómo cambiar, de cómo lograr lo que queremos, de cómo crecer! Los invito a que se unan, a que compartan sus propias historias, a que juntos estructuremos un camino lleno de la mejor información.

Todo lo mejor!