Es cierto que nos comunicamos a través de nuestros sentidos, de nuestra piel, nuestra postura, nuestras palabras; entendemos lo que nos rodea y nos relacionamos a través de los sensores que hay en nuestro cuerpo. Pero también es cierto que lo que pensamos se refleja en nuestro cuerpo. Somos lo que sentimos y nuestros pensamientos se expresan de manera física en nosotros.
Hemos escuchado o leído muchas veces que algunas enfermedades son el resultado de nuestros pensamientos; somatizamos lo que sucede en nuestra mente y lo volvemos físico. Lo positivo es que también podemos generar bienestar desde nuestros pensamientos, podemos ser mejores, más felices, tener más tranquilidad simplemente cuando alimentamos nuestra mente de la misma forma que lo hacemos con nuestro cuerpo.
¿Cómo logramos alimentar nuestra mente de la manera adecuada para que esto se refleje en nuestra vida?
Mi primera recomendación salida de mi propia experiencia, como todo lo que escribo en Estructuradamente, es sonreír. la sonrisa te cambia desde adentro, para bien. La sonrisa te pone en otro estado de ánimo, te relaja, te dispone a ver las cosas de mejor manera; la sonrisa desbloquea tu cuerpo para agudizar los sentidos y además evita que fácilmente dañen tu estado de ánimo.
No hace falta tener un estímulo externo para sonreír, como he escrito en muchas ocasiones, todo lo que necesitamos está dentro de nosotros. Tampoco significa que finjamos ser o sentir algo que no somos, pero la sola decisión de mover los músculos que activan la sonrisa, constituye un poderoso mensaje para todo el cuerpo: la orden es estar mejor. ¿Puede un simple movimiento cambiar lo que sentimos? Yo creo que sí. Decidir sonreír lejos de ser un engaño es una condición general en la que mente y cuerpo se ponen de acuerdo. Hagan el ejercicio, se sorprenderán.
Ayer le escribí a alguien que ha estado con algunos temas médicos hace un par de meses. Le dije que tenía que alimentar el cuerpo y la mente. Por supuesto que hay que trabajar en las defensas, mejorar la condición física con una sana alimentación y vitaminas; pero también hay que fortalecer la mente.
Bienvenido todo lo que te distraiga, lo que te enamore, lo que te apasione, lo que te haga sonreír. Cada momento del día es una oportunidad. Cada experiencia rodeados de positivismo, de amor, de sonrisas, es un punto más de carga para nuestra batería interna. Restar molestias y sumar sonrisas poco a poco va fortaleciendo la mente y el espíritu y definitivamente van haciendo más fuerte nuestro cuerpo.
Alimenta tu cuerpo pero no dejes de lado tu mente. ¡Sonríe! Aún si pareciera que no hay motivos, siempre los hay.
¿Nos proponemos sonreír más?